Un chori por los pibes

    Es sábado por la mañana. El sol todavía no le ganó la batalla a las nubes y el rocío del campo de juego aún resbala a los jugadores en sus primeros movimientos. Adentro de la cancha número 2 del Polideportivo del Club Atlético Lanús se enfrentan los chicos del granate y Huracán. Afuera, los pibes de la pensión se mezclan con los padres que tomando mate observan a sus hijos jugar  y con algún que otro curioso, en las gradas de la tribuna ubicada atrás de uno de los arcos. Por último, al costado de los tablones se encuentra la protagonista de la nota, una parrilla.

  Tal vez, no es habitual que un blog dedicado al fútbol amateur dedique algunas líneas para hablar de esto, pero todo tiene un por qué. La parrilla es manejada por Omar, un antiguo conocido en el club. Desde temprano, empezó a cocinar más de 100 chorizos y hamburguesas que comenzaron a venderse, con mucho éxito, incluso antes del primer partido de la jornada. Ésta va a ser larga ya que van a jugar la séptima, la octava y la novena división por la fecha número ocho de la zona campeonato. 

    Si bien esto no es una novedad si estamos hablando de un partido de fútbol, la cosa cambia cuando se sabe que todo lo que recauda la parrilla va a parar a la alcancía de la pensión sureña. Además de las ganancias del asador, se incluye la colecta de la venta de bebidas y de alguna que otra golosina que tiene el lugar. “Tal vez no sea mucho lo que se pueda sacar con esto, pero todo suma para ayudar al club”, nos cuenta Omar al mismo tiempo que vigila que el fuego no queme las brasas.

   Una vez terminado el día, se cuenta la recaudación y se entrega en la administración del fútbol amateur. Allí descansará el dinero hasta que alguna nueva obra necesite de él. Pero no habrá que esperar mucho. Sólo basta visitar las instalaciones de la pensión donde día a día se implementan más comodidades para los chicos que llegaron desde lejos persiguiendo su sueño de jugar en primera.

1 comentario:

  1. Correcciones:
    Bien la idea de nota color.
    El protagonista no puede ser una parrilla. Las historias de las personas son mejores que las de las cosas, en general.
    Hay que dar menos explicaciones y contar más. La nota se explica sólo.
    Releer siempre, para evitar repeticiones y errores.
    Hay que ir más rápido al punto que queremos contar. Más directo y conciso. Sin vueltas, explicaciones o formalidades.
    Muy bien el trabajo.

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