El día que Passarella habló con Juan XXIII

      Hoy en día es sabido que Pablo Aimar es un excelente jugador de fútbol que hizo sus primeros pasos en  las inferiores del  Club Atlético River Plate. Que vino junto a su padre desde Río Cuarto, realizó una exitosa prueba en el club de Núñez y que enseguida fichó con River donde años después debutaría en Primera. Pero lo que muchos no saben es que Aimar desistió de la idea de jugar en el Millonario y el propio Daniel Passarella, por aquel entonces Director Técnico de la Primera, tuvo que llamar a la casa para convencerlo.

      La historia se remite a 1993. El padre de Aimar, amigo del coordinador de las Inferiores millonarias Héctor Pitarch, trae a Pablito, de por entonces 14 años, desde Córdoba para hacer una prueba en el Club. Pero el paso del payaso por River sólo duro veinte minutos. Es que a Pablo no le gustó mucho la idea de jugar allí. Así que se cambió y se volvió a Río Cuarto para seguir jugando en Estudiantes. Su razón, como la de la mayoría de los chicos del interior, era que no quería estar lejos de su familia.

        Así que mientras padre e hijo volvían a su ciudad natal, Daniel Pasarella, alojado en un hotel con el equipo de Primera, le preguntó al Presidente Millonario Alfredo Davicce que había pasado con las pruebas de esa mañana. “Me dijo Pitarch que había un pibe que la rompió, Aimar se llama. Pero no quiso quedarse, dice que no le gustó”, le contestó el presidente. Pasarella, sorprendido por como habían dejado ir al jugador, no dudó un segundo y se comunicó urgente con Pitarch para pedirle el teléfono de la casa de Aimar. Una vez que lo consiguió poco le importó el horario, era alrededor de la una de la mañana, y llamó al domicilio del Payaso donde lo atendió el padre. “Hola, ¿Hablo con la casa de Pablo Aimar? Quisiera hablar con el padre de Pablito”, le preguntó el Káiser. “Si, él habla. ¿Usted quién es?”, Contestó el Señor Aimar sorprendido por el horario del llamado. “Mire, soy Daniel Passarella y quería saber porque no trae a Pablito a jugar en River”, se explayó el DT Millonario hasta que fue interrumpido por la voz del otro lado que le dijo: “Si usted es Passarella, yo soy Juan XXIII” y enseguida le cortó.

Todavía impresionado por la respuesta del hombre, Passarella le contó a Pitarch lo que había sucedido, y fue este mismo quién volvió a llamar al señor Aimar para decirle: “¿Como le vas a cortar a Passarella? Ya con el tema aclarado, Daniel se comunicó nuevamente con la casa del Payaso y esta vez todo salió redondo. A fin de ese año, Pablo se incorporó a la cantera Millonaria para convertirse en unos años en uno de los Ídolos de la hinchada riverplatense.  

 Cuatro años más tarde de este malentendido, Pablo ganó el Mundial Sub 20 de Malasia y todo el equipo de Pekerman festejó junto a su familia la obtención del título en el predio de Ezeiza. Lugar donde al mismo tiempo concentraba la Selección mayor, dirigida por el propio Daniel Passarella, para las Eliminatorias de Francia 98. Enterado de la situación, el Káiser les dio el día libre a sus jugadores con la condición de que tenían que reencontrarse allí a la noche.

       A la vuelta, el portero del predio le dijo a Passarella que un hombre aguardaba por él desde hacía un largo tiempo en el hall. Al acercarse, el señor le dijo: “Usted no me conoce pero yo le quería agradecer por todo lo que ha hecho por mi hijo y por mi familia. Cumplió sus promesas y eso habla muy bien de usted. Un gusto conocerlo, yo soy el que le dijo Juan XXIII”.




1 comentario:

  1. Correcciones:
    Buena nota desde un detalle.
    Bien buscada y encontrada la historia.
    Está bien relatado. Tratar de buscar un estilo un poco menos formal.
    Muy buen trabajo en general.

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